Me gusta que te enfades
cuando yo no soy la causa
sino solo tu calmante.
Y la furia es bienvenida
si te desquitas conmigo,
si soy tu reina mimada.
Te entiendo tan solo un poco
o eso finjo cuando duermo,
y si despierto te encuentro
Tumbado sin preocuparte
que ha pasado por tu mente
casi diez minutos antes.
A veces finjo entenderte
menos de lo necesario
para que me abras los dientes
Y decidas acercarte
con una bandera blanca
que dentro lleve mi nombre.
Y te rindes divertido
porque sabes que te quiero
si me pongo mi vestido.
Y conviertes en hogar
todo lo que vas tocando
y susurrando al oído.
No hacen falta las cadenas
que yo me quedo a tu lado
porque crees en las sirenas.
Porque gustas de imposibles
que nacieron en mi mente
y siempre me hiciste libre.
Porque a veces
yo también saco mi bandera
para rendirme en tu norte.
Cristina López.
No hay comentarios:
Publicar un comentario