sábado, 24 de octubre de 2015

CARTA ABIERTA A MIS OJERAS



No son pocas horas de sueño,
son muchos sueños encima.
Contaré el secreto.

Estas ojeras oscuras
me acompañan desde el uso de razón
para vivir sin razonarlas.

Media vida tratando de ocultarlas
por si me roban los sueños
que han creado sus entrañas.

Y esta noche he descubierto
la razón que las guardaba
y las llenaba de marrón.

Cuanto más intensas sean
tus ojeras en color
más sueños tendrán por dentro.

Se tiñen del sentimiento
que promueve los deseos
antes y después de dormir.

Y también se sueña despierto
y también se tiñen de alientos
de amores por descubrir.

De salvar princesas
comprar planetas
y ejércitos por dirigir.

Las ojeras son cajones
de reserva, por si el alma
navega con carga llena.

Las ojeras son guardianas
del deseo de cumplir
lo que el corazón espera.

Mírame ahora, color oscuro,
sueños que tiñen
bajo mis ojos la estela.


                        Cristina H. López

martes, 20 de octubre de 2015

NO ESPERAR Y TIRARTE DEL TREN


Hablaron de partidas ganadas
de cincuenta citas
de romper corazones 
y veranos en Ibiza.

De todo su éxito,
lo bien que le iba,
lo alto que llegaban
sus pies al saltar.

Todo lo demás
eran pájaros
volando
sobre azoteas extrañas.

Todo lo demás
eran crímenes
sin intención 
de resolver.

Todo lo demás
era invierno
con niebla
y a oscuras.

Todo lo demás
eran ciegos
bailando a la luz
de la luna.

Su vida era otra,
su interior un roto
más grande que el descocido
de sus vaqueros rojos.

Nadie.
Su mirada se perdía
y buscaba sin éxito
escondites que abrigaran.

Era la niña con suerte
y talento
que bailaba entre cartones
cuando nadie la miraba.

Se esperaba
lo mejor de ella
y lo mejor
era esperar...

Nadie.
Llevaba años esperando
pero no aparecía
ni él, ni nadie.

Esperar tiene muchos sentidos.
Esperar-desesperar.
Esperar-hacer.
Esperar-dañar.

De ella esperaban
la luna
pero su espalda
ya no la soportaba.

Ella esperaba
pero todos pasaban
y la miraban
como la figura que era.

La perfección
que le habían
inventado 
era errónea.

Y ella empezaba
a creerse
que era eso,
una estatua.

Para qué esperar
si nadie la esperaba.
Cambió de vagón
y saltó por detrás.

Era la niña perfecta,
sólo que en los raíles
la vida es más corta
porque los trenes no esperan...


                           Cristina H. López.

martes, 13 de octubre de 2015

PIENSO, LUEGO VIVO



De hoy no paso.
Pienso ir
y arrugarte las mejillas
y llenarte los lunares.

Pienso
comerte las heridas
y sanarte hasta los huesos.
¿O era al revés?

Pienso
dejar de pensar
y dejarme llevar
lentamente hasta tu cuello.

Pienso
marearte a besos
llevarte a Los Alpes
sin necesidad de vuelo.

Pienso
escalarte
y ponerme en la cima
para gritar tu nombre.

Pienso
morderte
muy lento, muy fuerte
que notes que existo.

Que duela vivirlo
que quieras sentirlo.
Pienso bailar esta noche
sin zapatos en tu ombligo.

Y dolerá
pero querrás vivirlo
porque sólo lo que duele
te recuerda que estás vivo.


                         Cristina H. López


lunes, 5 de octubre de 2015

IMPACIENTE, ESPERA



Soy paciencia.

Me llaman madre de la ciencia
pero nunca fui madre de nada.
Solo soy refugiada de la guerra
entre la mente y el alma.

Soy la que interrumpe los primeros besos
y ata despacio los nudos de las corbatas,
soy la que te enseña a leer y a ser ordenada
y sabe que si no es hoy, será mañana.

Soy la mejor amiga de la esperanza
mi aliada preferida
que se cuela entre las rejas
y deja entrever por detrás de la cortina.

Estoy hecha para relaciones largas
y recetas complicadas.
No de las que se descongelan en microondas
Sí de las que a fuego lento se preparan.

De ir despacio
con buena letra
que no es buena caligrafía
sino tener la mente puesta.

Que me lías
entre líneas
y me enamoras
y se me olvida quién soy.

Solo suelo ser un nombre
tan común y femenino
como las niñas de apellidos
Fernández, López y Cruz.

Soy paciencia,
encantada.
Te ayudaré cuando quieras
pero con calma.

Siempre voy con ella,
se me cuela en la mochila,
me enseña las constelaciones
y no me deja andar deprisa.

Es bueno andar conmigo
para conservar la vida
pero me han contado que existe
un mundo que no es de cristal.

Que la paciencia es bonita
para conocer amores
pero el éxito de haber vivido
reside en riesgos mayores.


                          -Cristina H. López-