lunes, 5 de octubre de 2015

IMPACIENTE, ESPERA



Soy paciencia.

Me llaman madre de la ciencia
pero nunca fui madre de nada.
Solo soy refugiada de la guerra
entre la mente y el alma.

Soy la que interrumpe los primeros besos
y ata despacio los nudos de las corbatas,
soy la que te enseña a leer y a ser ordenada
y sabe que si no es hoy, será mañana.

Soy la mejor amiga de la esperanza
mi aliada preferida
que se cuela entre las rejas
y deja entrever por detrás de la cortina.

Estoy hecha para relaciones largas
y recetas complicadas.
No de las que se descongelan en microondas
Sí de las que a fuego lento se preparan.

De ir despacio
con buena letra
que no es buena caligrafía
sino tener la mente puesta.

Que me lías
entre líneas
y me enamoras
y se me olvida quién soy.

Solo suelo ser un nombre
tan común y femenino
como las niñas de apellidos
Fernández, López y Cruz.

Soy paciencia,
encantada.
Te ayudaré cuando quieras
pero con calma.

Siempre voy con ella,
se me cuela en la mochila,
me enseña las constelaciones
y no me deja andar deprisa.

Es bueno andar conmigo
para conservar la vida
pero me han contado que existe
un mundo que no es de cristal.

Que la paciencia es bonita
para conocer amores
pero el éxito de haber vivido
reside en riesgos mayores.


                          -Cristina H. López-

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