domingo, 12 de julio de 2015

PARA LOS TRECES DE JUNIO




Ella es un baile de verano
que le quitó la mala suerte a los trece
para convertirlos en primavera con su llegada.

Siempre vivió entre dos islas
y crecer le hizo conocer una tercera
que le cambió su clima, su rutina y sus tareas.

Suerte la que tuve yo al conocerla,
porque solo bastaba estar un rato a su lado
para saber que te quería al lado de ella.


No es de las personas que conoces rápido,
de las que te sobran dos citas y media
porque en diez minutos sabes todo su pasado.

La confianza es un regalo muy preciado
que ella otorga a cuenta gotas, poco a poco,
y puede ser la razón por la que te quedes a conocerla.

Esto no es un poema medido
pero es que ni tú ni yo lo somos,
las noches de bar lo saben
como saben que los más coherentes son los locos.

Gracias por estos nueve meses de poesía
que fueron el parto de una bonita amistad.
Espero haber hecho la añoranza a tu isla más llevadera
y que ahora que regresas la mía te guste un poco más.

Gracias por compartir conmigo un Ojeda revolucionario,
un herido Rayden o un Marwan sentimental.
Por la primera de muchas jam sessions,
y como no, por dejar que te enseñara el mar.

Brindo por las tardes de cine,
por las cenas pagadas a medias
y por llegar a asfixiarme de risa contigo.

También brindo por lo que aun no hemos bebido,
por todo lo que no hemos bailado.
Brindo por hacer todo esto y más contigo el próximo año.


(Para Elena, en su diecinueve trece de junio, que para mí es el primero).

                                                               Cristina López.

No hay comentarios:

Publicar un comentario